YA NO PUEDO CALLAR MÁS.

Al ver la situación que atraviesa mi país (porque lo siento más mío que nunca), quiero hablar, pero extrañamente me faltan las palabras. Estoy terriblemente afligida y triste… triste porque veo que el sueño de muchos se está yendo, que nuevamente la sociedad mejor que queríamos construir está pareciendo más un sueño efímero que una posibilidad concretable. Pero la pena me embarga más al ver que seguimos comportándonos como aquellos que no aprendemos nada del pasado y acudimos a una fuerza mal canalizada. En estos momentos sólo viene a mi mente el discurso final de Allende… aún pienso…. Y sólo veo imágenes… que apretujan mi corazón y mi garganta… y es que además el periodismo barato que se desarrolla en este territorio sólo sensacionaliza y no se detiene a pensar ni a escuchar sus palabras. Y ahí me doy cuenta de lo mal que está la educación, pero no tan sólo la educación en lo que respecta a la impartida por el gobierno, sino más bien a la educación en casa, a los buenos valores. Veo que estudiantes se toman colegios para hacer asados, bailar reggeton y sacar los inmuebles a la calle, pero pocos son los que realmente se han detenido a pensar en lo que realmente ocurre. Si bien reconozco que la educación en Chile va de mal en peor, también considero la actitud de los alumnos: o es que desconocemos la desmotivación de ellos, la falta de cultura, la violencia de palabra y actos que abundan entre los jóvenes y sobretodo la falta de sentido común. La pregunta entonces es: ¿Qué se supone que buscamos en la educación?, horas y horas de clases, trabajos, buenas jornadas? O realmente vemos la necesidad de educar al hombre y a la mujer con principios bàsicos de buena convivencia?
Hoy, al salir a comer algo, unos cuantos chicos en toma entraron al local donde estábamos. En día de lluvia dejaron la puerta abierta, trataron a garabatos a quienes se le pasaban por delante e insultaron a cuantos pudieron, entonces alguien gritó: Con razón reclaman por la educación!!!. Poco nos faltó a todos los que estábamos allí para ponernos a aplaudir, pero el temor creo que nos detuvo, porque eso era lo que inspiraban estos chicos.
Yo no quiero vivir en una sociedad así, donde la única forma de entablar diálogos sea bajo amenaza de toma o violencia, donde la voz son bombas molotovs o lacrimógenas. Quiero una sociedad libre,,,,, una sociedad mejor….