Llegó Marzo y comenzó un año de estudios, pero no sólo de trabajo puramente mental e intelectual, sino tambien el rencuentro con los amigos y sobretodo de encuentros maravillosos cada dìa co la misericordia eterna de Dios hacia mi vida.Es sabido que està lleno de desafios y dificultades el camino llamado 2006, pero todos ellos son acompañados por aquel que es EL CAMINO.Al volver de una temporada de vacaciones, todo inevitablemente ha cambiado. Todos hemos cambiado y el paso del tiempo inexorable no se detiene. Asì que me he propuesto disfrutar cada momento, cada sonrisa y lágrima a compartir, de tal manera que no lamente más el tiempo que se fue y no volverá, sino más bien, pueda haber en mi cabecita y ne mi corazón gratos recuerdos de este oasis....

Uno de los pasatiempos que he experimentado este verano es sumergirme en el mundo de la fotografía clásica ( y la que no lo es tanto). Porque entre tanto auge de las fotos digitales se ha perdido ( espero que no sea tan así), la magia de capturar, más que un momento, un cuadro único e irrepetible; la sensibilidad de los que posan, como de los que observamos, aún cuando estos receptores sean estas generaciones estelares. He aquí mi pequeño homenaje....Doisneau (1912-1994) uno de los fotógrafos más respetado y prolífico de Francia, capturó el París de los años 50, una época en que la ciudad parecía un continuo escenario de comedia y melodrama, tragedia y farsa.Doisneau se alegraba con el dinamismo de la calle. Paseando por Paris, Doisneau grababa la ciudad con todos sus encantos, juerguistas nocturnos, mendigos, artistas, bailarines, habitantes de bares y jóvenes amantes de cualquier clase social acariciándose en las sombras; Mientras durante el día, observaba la vida cotidiana ,colegiales, pintores pintando al aire libre, animales, carniceros, bodas y gente trabajando o descansando. Robert Doisneau nació en Paris. Aprendió fotografía en el departamento de publicidad de una empresa farmacéutica. Su carera empezó a despuntar en 1934 en la factoría de Renault, donde trabajaba como fotógrafo industrial y de publicidad. En 1939 Doisneau fue alistado y se apunto a la Resistencia Francesa: fotografió la ocupación y la liberación de Paris. Después de la guerra, realizó reportajes para periódicos franceses e internacionales, entre ellos Le Point, Action, Regards, LIFE y Vogue.